Un reportaje lleno de momentos de magia.
Una boda especial.
La imagen llega con nitidez hasta el objetivo del fotógrafo. Es un momento único.
El atardecer de un día de primavera, en el que comienzan a aparecer indicios del verano. El sol se descompone dejando diferentes matices de colores en el cielo.
Espero el instante adecuado con la cámara en mano. Dispuesto a fotografiar esa ocasión mágica en el que uno muestra un acto de ternura hacia el otro. Son fotografías al natural.
Oportunidades tengo muchas en las que puedo plasmar momentos de compenetración. Hay miradas que hablan de gratitud, de amor. Caricias que van más allá del tacto.
Estoy atento.
Cuando él está leyendo los votos a ella, con su vestido de novia, sus ojos tienen un brillo especial. La mirada de ella, siempre atenta a él… Ahí se da un momento de magia.
Él toma con delicadeza entre sus manos las manos de ella. En ese segundo los rayos del sol se cuelan entre los perfiles de ambos. Sus siluetas se ven rodeadas de un aura dorada.
Atrapo esa situación. Es una fotografía sin posado, auténtica. Lista para ser retratada.
Y la magia sigue surgiendo.
Miradas que derriten el frío invierno, traspasan el túnel del tiempo y van más allá de lo meramente visible. Que acarician el corazón. Sonrisas que hablan de compartir vidas en común, de promesas de amor.
Poder captar en una fotografía ese aspecto de ellos, es lo que hace que este trabajo merezca la pena.
En Valencia, como fotógrafo de bodas, capturo la elegancia de los novios en un reportaje de fotos único y especial. ¡Déjame inmortalizar vuestro gran día!