Agarrados de la mano y sonriendo entraron Álvaro y Noelia en la masía valenciana para celebrar la boda que siempre habían soñado.
Imágenes que captó la cámara fotográfica para elaborar un álbum en aquella masía valenciana. Fotografías inéditas que cobraban vida a medida que transcurría la boda. Fotografías divertidas, sin posar, donde la naturalidad era el factor predominante.
Una masía donde se respiraba una cultura en la que se mezclaba lo tradicional con lo moderno en todo lo que alcanzaba la vista.
Las vigas de madera se mostraban recias iluminadas por luces indirectas. Las vistas a los jardines hacían que te sintieras en paz. La música sonaba en el momento ideal.
La comida era una alternancia entre la cocina más innovadora y los platos más típicos, esos que recuerdan el sabor de antaño, el cariño con que lo preparaban nuestras abuelas.
Todo eso se podía sentir en aquellos platos, magistralmente elaborados con calma, sin prisa. Unos platos evocaban tranquilidad, alegría, … Podría decirse que los alimentos hablaban.
Se pensó en las personas veganas y con problemas de intolerancias al gluten al servirse canapés de verduras, todas ellas procedentes de nuestra huerta valenciana, productos de temporada. Un bonito detalle que encantó a todos los invitados.
Se preparó un video en el que los novios aparecían cuando eran niños, acompañados de sus amigos de la infancia y que en ese, su gran día, aún les acompañaban.
Imágenes llenas de ternura con los padres, abuelos y otras personas de más edad que les habían acompañado en el recorrido de sus vidas. Algunos presentes en ese gran día y otros que ya no podían asistir físicamente, aunque sí en espíritu.
El broche de oro se puso con el baile y las fotografías divertidas que surgieron durante el mismo.
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